Published on

Cómo Ser Un Padre O Una Madre Accesible

¿Les has dicho a tus hijos que pueden hablar contigo sobre lo que quieran, pero aún sientes que no se abren? Como padres, a menudo nos preguntamos qué podemos hacer para que nuestros hijos se sientan cómodos compartiendo sus ideas, preguntas y preocupaciones. Parte de la respuesta está en convertirnos en “padres accesibles.”

¿Qué significa ser accesible?

Para ser un padre o madre accesible debes transmitir confianza y mostrar que estás abierto a la hora de platicar. Implica crear un ambiente donde tus hijos se sientan cómodos para hablar de cualquier tema, sin miedo a ser juzgados. También significa ser un buen consejero para quienes busquen apoyo o información. Hay muchas maneras de ser más accesible. A continuación, encontrarás algunas ideas que puedes usar y combinar para facilitar esas conversaciones difíciles y animar a tus hijos a confiar más en ti.

Escucha sin presionar

Nuestros hijos tienden a abrirse más cuando no se sienten presionados u obligados a compartir. Mantén una actitud abierta y demuestra interés, pero evita ser demasiado preguntón. Simplemente déjales saber que pueden hablar contigo cuando lo deseen.

Es mejor tener conversaciones cortas pero frecuentes que una charla larga, que podría hacerlos sentir bajo demasiada presión. Además, no todas las conversaciones necesitan terminar con una lección. El simple hecho de platicar y pasar tiempo de calidad con tu hijo puede fomentar una comunicación más abierta en el futuro.

Tómalos en serio

Los adolescentes, en particular, necesitan sentirse más respetados por parte de los adultos.

{Image: Tómate en serio sus opiniones y sentimientos, aunque estés en desacuerdo} 

Déjales saber que sus sentimientos te importan. No subestimes sus emociones ni les digas “no es para tanto,” o “eso no tendrá importancia cuando seas mayor.” Demuéstrales que comprendes y empatizas con lo que están sintiendo en ese momento. 

Escuchar activamente es una excelente manera de lograr que se sientan verdaderamente escuchados. Para escuchar activamente, primero presta atención a lo que tu hijo te dice e inmediatamente repítelo o resúmelo con tus palabras. Por ejemplo: “por lo que me cuentas, veo que te sientes muy frustrado con lo sucedido.” Esta técnica indica que estás tomando buena nota de lo que te cuenta y hará que tu hijo se sienta comprendido y validado. 

Mantente abierto a cualquier pregunta

Cuando tu hijo te pregunte algo, responde con actitud positiva. Con un simple “qué bueno que me lo preguntas”,  puedes motivarlo para que regrese con más preguntas.

A veces no queremos compartir demasiada información. Nos preocupa contarles más de lo debido para su edad. Si un hijo es lo suficientemente mayor para hacer una pregunta, está preparado para recibir una respuesta honesta, pero apropiada para su edad. Además, si ya está escuchando cosas de sus amigos, significa que es hora de abordar dicho tema. Empieza despacio, pregúntale qué es lo que ya sabe y continúa a partir de ahí.

Establece expectativas claras 

Es importante escuchar, pero no olvides expresar también tus propios sentimientos, opiniones, valores y emociones. Asegúrate de comunicar un mensaje claro y firme cuando platiquen de temas que puedan afectar su bienestar, como el consumo de alcohol o substancias. 

Es fundamental que tu hijo entienda las reglas, las consecuencias que enfrentará si no las respeta, y que sepa que tú no dudarás en aplicar dichas consecuencias. Los estudios demuestran que los niños que no son monitoreados regularmente por sus padres, y a quienes no se les han puesto límites en el consumo de substancias, son cuatro veces más propensos a consumir alcohol o drogas. Recuerda: es importante tener pláticas incómodas y difíciles.

Dicho esto, es necesario dejar atrás el clásico: “porque te lo digo yo.” Hazles saber a tus hijos que te importa lo que opinan, y que deseas que tengan toda la información que necesitan para que estén sanos y salvos.

Ser un padre o una madre accesible es un proceso, no un objetivo. Requiere mucha práctica y, en ocasiones, requiere que  salgamos de nuestra zona de confort. Sin embargo, las recompensas que obtenemos son enormes. Cuando eres accesible, no solo estás respondiendo a preguntas; estás construyendo confianza y una comunicación abierta, lo cual fortalecerá la relación con tus hijos para el resto de sus vidas.